Beneficios de jugar al Golf
La mayor virtud que se le atribuye a este deporte es la de la relajación, ya que se considera una práctica anti-stress.
Durante un partido se recorren, entre greens y búnkers de arena, una media de entre siete y 10 kilómetros con suaves pendientes, por lo que es un gran aliado cardiovascular: regula la presión arterial y contribuye a mantener los triglicéridos y el colesterol a raya. Además, sus movimientos tonifican la musculatura de brazos, espalda, tórax, abdominales y lumbares.
En un recorrido de nueve hoyos se queman unas 400 calorías (más de 700 si lo haces a pie y cargas con tu bolsa de palos). Y como se practica al aire libre contribuye a una mejor oxigenación de la sangre y ayuda al organismo a sintetizar la vitamina D. También se reduce de forma considerable el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, diabetes y cáncer. Es una actividad aeróbica que reduce la posibilidad de padecer osteoporosis e hipertensión. Por tanto, la práctica moderada del golf se convierte en un factor determinante para un estilo de vida saludable.
El golf no es solo un ejercicio físico, también es un importante ejercicio mental, requiere de una gran concentración, mucha disciplina y una importante capacidad de análisis, que es infalible para desconectar de otras preocupaciones y pondrá a prueba tus neuronas. Además como todo ejercicio al aire libre, estimula el buen ánimo y tiene efectos antidepresivos.
Es una actividad relajada y agradable, perfecta para “enganchar” a alérgicos al deporte en general y al gimnasio en particular. Su ritmo estable, escaso impacto en huesos y articulaciones, y las asequibles exigencias físicas que requiere lo hacen altamente recomendable, incluso, para personas de edad avanzada. También es una excelente opción para aquellos que tengan problemas cardíacos o del sistema músculo esquelético, porque es un deporte dinámico, pero al mismo tiempo de baja intensidad.
No requiere una excelente forma física, pero una mala técnica o una postura inadecuada pueden acarrear lesiones. Lumbalgia, hernia discal, epitrocleitis (o codo de golfista), lesiones de espalda o de cadera… Para evitarlo, lo mejor es que te inicies en este deporte con la ayuda de un profesor. Alcanzar cierta pericia con los palos requiere tiempo y dedicación.
Frecuencia. Caminar (el ejercicio ideal y sin contraindicaciones) es la base de este deporte, por eso, siempre que se realice correctamente, no existen límites para su práctica. Sin embargo, conviene compensar el esfuerzo al que los continuos giros someten a la espalda, con un día a la semana de natación.
En Son Antem Golf podrá disfrutar de este fabuloso deporte.